Otros
medios de control de plagas
Los pesticidas solos, dados los problemas que ocasionan,
no son la solución ideal, a largo plazo, para la lucha contra las
plagas. Por fortuna van apareciendo otras armas. Algunas de las mas prometedoras
son el uso de métodos de cultivo que dificulten la extensión
de la plaga, el control biológico y genético de las plagas,
el uso de hormonas y feromonas, la radiación, etc. El uso combinado
de estas técnicas complementado cuando es necesario con una utilización
moderada de pesticidas, recibe el nombre de Control Integrado de Plagas.
La FAO
(organismo de Naciones Unidas encargado de la alimentación) está
impulsando programas de Control Integrado de Plagas y considera que es
el método idóneo para llegar a una agricultura sostenible.
A continuación estudiamos con más detalle algunos de estos
medios:
1.-Técnicas
de cultivo
Varias características del cultivo tienen importancia
en la lucha contra la extensión de la plaga. El que las plantas
estén sanas y robustas las hace mucho más resistentes contra
los organismos que les atacan y elegir bien la época de plantación,
riego o fertilización es de gran importancia para mantener cultivos
sanos.
Otra técnica que se está usando con éxito,
por ejemplo en los cultivos de alfalfa, es dejar una parte del campo sin
cultivar. Esta zona no cultivada sirve para que los depredadores del organismo
que causa la plaga vivan ahí. Ellos mismos controlan las plagas
de la zona vecina cultivada.
La rotación de los cultivos también es eficaz
en el control de plagas. Se ha visto, por ejemplo, que cuando no se planta
todos los años el maíz en las mismas hileras de un campo,
una plaga de esta planta llamada el gusano de la raíz, es eficazmente
controlada.
2.- Control biológico
Consiste en usar las enfermedades, parásitos o
depredadores naturales para controlar los organismos de la plaga. Se ha
usado, por ejemplo, con éxito, cuando en una zona se ha introducido
una plaga procedente de otra parte de la Tierra. El organismo recién
llegado se encuentra en condiciones ideales para multiplicarse porque no
tiene enemigos o competidores en el nuevo lugar que acaba de invadir. Una
solución, que ha dado buen resultado en varias ocasiones, ha sido
buscar en el lugar de origen de la plaga los organismos que allí
la controlaban y llevarlos al nuevo lugar atacado.
3.- Control genético
En el control genético no se usa una especie distinta
para controlar la plaga, sino que se modifica la misma especie.
Una de estas técnicas de control usa machos
estériles. Se esteriliza un gran número de machos del
insecto de la plaga que luego son liberados. Los estériles compiten
con los normales en la fecundación de las hembras, por lo que muchas
de las descendencias teóricamente posibles no se producen, con lo
que va disminuyendo la población de la plaga de una generación
a otra. Esta técnica tiene éxito especialmente en aquellas
especies de insectos en los que la hembra sólo se cruza una vez.
Otro de los procedimientos consiste en desarrollar, por
diversas técnicas, variedades de cultivos resistentes a la
plaga. Se puede hacer seleccionando ejemplares de la planta que han resistido
a la plaga y cruzándolos entre sí, hasta obtener una variedad
genética resistente. Este proceso suele durar unos 10 o 20 años
pero el resultado suele compensar con creces el esfuerzo y dinero empleados.
La ingeniería
genética aporta técnicas muy interesantes para conseguir
variedades de plantas resistentes a las plagas. Así, por ejemplo,
un gen de la bacteria del suelo Bacillus thuringiensis (productora
de un veneno que mata a los insectos) ha sido introducido en plantas de
algodón. Las orugas que se alimentan de hojas de estas plantas genéticamente
alteradas mueren o sufren graves alteraciones en su desarrollo.
El desarrollo de variedades resistentes ha tenido grandes
éxitos en la lucha contra las plagas, pero no siempre ha sido un
éxito total. En muchos casos los insectos, hongos o bacterias evolucionan
rápidamente y pueden volver a convertirse en plaga de la variedad
que era resistente.
4.-Hormonas y feromonas
Las feromonas son sustancias que los animales producen
para atraer o provocar una respuesta en otros individuos de su misma especie.
Son muy conocidas las que usan para atraer a los individuos del otro sexo
y facilitar de esta manera la fecundación. Cada especie de insecto
tiene sus propias feromonas específicas y por esto se pueden usar
muy selectivamente para actuar sobre un organismo concreto. Así,
por ejemplo, han sido usadas con éxito para atraer escarabajos japoneses
a trampas en las que son matados.
Las hormonas que usan los insectos para controlar su desarrollo
y su crecimiento también se pueden usar para luchar contra ellos.
Estas hormonas deben estar presentes en determinados momentos de la vida
del insecto en las cantidades apropiadas y si están presentes en
otros momentos no adecuados provocan graves deformaciones y la muerte del
insecto. Se investiga para encontrar sustancias de este tipo, pero también
ha surgido la preocupación de que pudieran provocar daños
en otros organismos, incluso en los hombres.
5.- Cuarentena
Cuando hay riesgo de que la importación de una
planta u animal de otro país introduzca una nueva plaga, los gobiernos
prohiben su importación, o decretan la cuarentena de la explotación
agraria en la que se haya producido la aparición de esta nueva plaga.
Esta cuarentena puede suponer la destrucción de toda la cosecha
o el ganado de esa explotación contaminada o la prohibición
de vender sus productos durante un tiempo.
6.- Control
integrado de plagas
Muchas plagas no pueden ser controladas eficazmente con
una sola técnica, pero usando varios métodos de control combinados
se obtienen buenos resultados. A esta combinación de técnicas
de cultivo, controles biológicos y uso de productos químicos
se le conoce como Control Integrado de Plagas. En este sistema se usan
los pesticidas lo menos posible, sólo cuando otros métodos
no son eficaces.
Este sistema forma parte muy importante de los nuevos
métodos agrícolas que están siendo impulsados en todo
el mundo como forma de asegurar una agricultura eficaz y respetuosa con
el ambiente. En algunos cultivos como los del algodón está
teniendo ya especial influencia. El algodón es un cultivo en el
que se emplean una gran cantidad de pesticidas. En Estados Unidos, por
ejemplo, aunque sólo el 1% del terreno agrícola se emplea
para este cultivo, consume casi el 50% del total de insecticidas empleados
en ese país. El uso de técnicas tan sencillas como la plantación
de hileras de alfalfa junto a los campos de algodón, reduce la necesidad
de pesticidas químicos, porque provoca que Lygus, un insecto
que provoca considerables daños en el algodón, se traslade
a la alfalfa, a la que prefiere como alimento.

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